Esta fiesta de la historia comienza por todo lo alto con una visita a Pompeya. Todavía se pueden ver los restos de la ciudad, gran parte de ellos más o menos inalterados 2.000 años después de que quedara sepultada bajo las cenizas volcánicas. Tras una visita guiada y un almuerzo ligero, visitará la cima del Vesubio. Alessio, uno de nuestros expertos guías locales, nos cuenta: "El 24 de agosto del año 79 d.C., el Vesubio reventó y cubrió Pompeya de ceniza y piedra pómez. Los relatos de la época dicen que el volcán llevaba varios días dando señales de una erupción inminente y, afortunadamente, mucha gente ya había evacuado la zona".
Debido a que Pompeya permaneció enterrada en cenizas durante tantos siglos, todavía se pueden ver las notables ruinas de templos, villas y calles, aparentemente congeladas en el tiempo. Se trata de un vasto yacimiento arqueológico en el que aún hoy se hacen nuevos descubrimientos. Alessio añade: "Pompeya es un yacimiento que evoluciona mes a mes. Incluso para un guía como yo, a menudo hay algo nuevo que descubrir a medida que se abren o excavan nuevas partes del yacimiento".
Tras un almuerzo ligero, subiremos al Vesubio. En cuanto a la montaña ardiente en sí, es tan famosa como el Krakatoa: es el único volcán activo de Europa continental, aunque la última erupción se produjo en 1944. Como puedes imaginar, las vistas desde la cima sobre la bahía de Nápoles y la ciudad son fenomenales. Alessio afirma: "Cerca del Vesubio viven unas 600.000 personas, yo incluido. Puede parecer un lugar arriesgado para vivir, pero, por la seguridad de todos, el volcán está constantemente vigilado".