¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en el casco antiguo de Alemania? Cerveza, turismo en cada esquina y castigos poco humanos. No te equivocas, porque esta ciudad lo tiene todo.
Tu inmersión en la historia comienza en la plaza donde se fundó el Reichstag. Era el corazón de la ciudad, donde cada ciudadano solía pasar su tiempo. Cruza el puente de piedra, tan antiguo que fue utilizado por los participantes de la segunda y la tercera cruzada en el siglo XII, conectando las vías de comercio y transporte de Ratisbona para siempre.
Continúe su recorrido cerca de la catedral gótica, cuya construcción duró un cuarto de milenio, y escuche la fascinante leyenda asociada a ella. Toque (literalmente) la arquitectura y las ideas de aquella época. Sienta su espíritu y audacia. Disfrute de bebidas y comida en restaurantes llenos de historia y con un paisaje igualmente rico. Y, por último, descubra historias y rumores fascinantes sobre la ciudad de Ratisbona.